Suele inquietarnos y hacernos sufrir aquellos momentos en los que no sabemos el camino a seguir o nos sentimos perdidos.
Buscamos una respuesta o una solución para transitar esos momentos, pero la experiencia nos muestra que, más tarde o más temprano, este tipo de situaciones se nos vuelven a repetir en la vida.
Tal vez, la clave sea vivir de otra forma. Soltar la metáfora del camino e interiorizar la metáfora del manantial.
Ser simplemente manantial y que las aguas que broten de nosotros mismos fluyan por si solas.
Podría escribir un libro para explicarte esta última frase y también podría resumirlo en una sola frase: “Ser amor”.