La culpabilidad funcional (justificada) es un sentimiento muy útil a nivel preventivo y reparador, para disuadirnos de incumplir las “normas” personales y sociales y para reparar el daño que podamos ocasionar cuando las incumplimos.
Sin embargo, la culpabilidad patológica (injustificada) es un sentimiento que genera mucho sufrimiento de forma gratuita puesto que lo genera nuestra propia ignorancia y soberbia. La ignorancia y soberbia de creernos los responsables de las emociones, pensamientos y acciones de terceras personas.
Sin embargo, somos responsables, solamente y totalmente, de nuestras propias emociones, pensamientos y acciones. Todo lo más, podemos ser el motivador de determinadas circunstancias que afectan a terceros, pero no de cómo ellos eligen afrontarlas.
Y profundizando aún más en este sentimiento tan complejo y extendido en nuestra sociedad, resaltar que muchas veces preferimos sentirnos culpables de algo que afrontar el hecho de que no podemos controlar la vida. Un ejemplo dramático para entender este sutil matiz que suele estar detrás de la culpa, podría ser el suicidio de una persona cercana. Algunas personas prefieren sentirse culpable por no haberlo evitado que afrontar el hecho de la impermanencia y la fragilidad de la vida.
Si vives bajo el yugo de la culpabilidad en cualquiera de sus formas, busca ayuda y libérate de ella.
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