Recordando un video que vi en internet tuve la siguiente comprensión.
Se trataba de un perro cuyos dueños salieron corriendo a la vez en sentidos opuestos. El perro que se encontraba en medio de los dos no sabía a quién seguir y terminó dando vueltas en círculos sobre sí mismo.
Esto nos ocurre a las personas cuando nos vemos inmersos entre fuerzas contradictorias y no sabemos cuál elegir (una parte de nosotros quiere una cosa y, otra parte de nosotros, la contraria). Esto, a su vez, nos lleva a un círculo vicioso vital del que no conseguimos salir, que se alarga en el tiempo y que nos genera un gran cansancio, frustración y sufrimiento.
Las personas suelen querer salir de esta situación tomando decisiones desde la mente racional, los conocidos “pros y contras”. Para contradicciones de segundo orden pueden funcionar (digo con lo que pienso o me callo), pero para las contradicciones vitales de primer orden (dejo la relación o continúo en ella) suelen ser insuficientes o no ser eficaces a medio o largo plazo.
Sin embargo, en UNO tenemos dos grandes alternativas:
Una, conectar con nuestra intuición y que ella nos muestre la respuesta. Esta será inmediata y posiblemente desconcertante para la mente.
Otra, aprender a aceptar lo que es con compasión y sin juicios, lo cual diluye cualquier tipo de contradicción, incluso el propio círculo vicioso.