Personalmente, me gusta ver el trabajo de introspección y crecimiento personal como una actividad de exploración en un territorio desconocido: nuestro propio mundo interior.
La exploración requiere poner en juego muchos valores y habilidades como la valentía, el coraje, la curiosidad, la creatividad, la confianza, la paciencia, etc…
Dicen que los últimos espacios desconocidos para el hombre en la Tierra están en las profundidades del mar y yo digo que están en el interior de cada uno.
Buscamos aventuras y grandes viajes, cuanto más lejos y exótico mejor, e invertimos mucho tiempo y dinero en ello. Sin embargo, sin necesidad de dar un solo paso, tenemos a nuestro alcance el mayor y más importante de las aventuras y de los viajes.
Como terapeuta me gusta visualizarme como un experto explorador en este tipo de viajes que se adentra y acompaña a personas que deciden emprender este camino.
No me veo como “salvador” ni “porteador” de nadie. Eso si, llego hasta donde cada uno quiera llegar y, hasta donde llegue, es su propio mérito y personal éxito.
Como me dijo un cliente hace años cuando término su terapia: “Sin ti, hubiera sido más difícil”. A fecha de hoy, sigue siendo una frase para enmarcar que orienta mi trabajo.